Partiendo del motor, suspensión delantera y trasera y las ruedas decidimos construir nuestra propia moto. Empezando por el chasis, a lo largo de los próximos artículos, os iremos contando cómo la hicimos.
Primeramente necesitamos un chasis o bastidor dónde montar todas las piezas. Un chasis que construimos ayudándonos de una curvadora, un torno y una plantilla que habíamos construido, a partir de un chasis original.
Para la tija, usamos un tubo de unas medidas aproximadas que rebajamos con el torno. Y aprovechando, cambiamos las medidas de los alojamientos de los rodamientos que originalmente son de bolas, para colocar unos cónicos, evitando así, los continuos desajustes y minimizando el mantenimiento.
Seguimos con el tubo que hace de soporte de la gasolina y a continuación curvamos el tubo que hará de soporte del motor.
De la misma forma, haremos el soporte del colín.
A continuación, curvaremos otros dos tubos que nos harán de sujeción de los soportes del basculante trasero y a la vez, unen el soporte del colín con el del motor, formando la estructura principal del chasis.
Seguidamente, una vez que tenemos listas todas las piezas, procedemos a su soldadura.
Con todo esto, sólo nos faltarían algunos tubos y chapas que refuerzan la estructura, las pletinas donde va atornillado el motor, el soporte de la bobina de encendido y los de los amortiguadores traseros. Así como los soportes triangulares donde irán colocadas las estriberas retrasadas.